Cada 29 de noviembre se conmemora el Día del Cine Chileno, fecha instaurada en homenaje a Carmen Bueno y Jorge Müller, cineastas detenidos y desaparecidos por efectivos de la DINA en 1974.
En entrevista con Nuestra Pauta, Josefina Undurraga, directora ejecutiva de la Academia de las Artes Cinematográficas de Chile, institución que agrupa a representantes de todos los oficios de la industria cinematográfica, sostuvo que este día «permite que nunca se olvide que el cine es un espacio de recuerdo, de conmemoración de la oscuridad de esas épocas, pero a la vez es una instancia para mirar y celebrar nuestro cine, que tantas alegrías nos ha dado en los últimos años».
No obstante, señaló que el prejuicio en torno a que el cine chileno ‘sólo habla de la dictadura’ es una caricatura que desconoce «la amplia variedad de temas, de autores y de miradas en el cine chileno».
El cierre de las salas de cine durante los momentos más críticos de la pandemia de Covid-19 volcó a las audiencias a las distintas plataformas de streaming, entre las que figura OndaMedia, «el Netflix del cine chileno», con un catálogo que refleja la variedad de contenidos y temáticas presentes en la cinematografía nacional.
Contar con este tipo de espacios, aseguró Undurraga, abre «una oportunidad al cine chileno», destacando que «la convivencia híbrida entre exhibición en salas y plataformas llegó para quedarse».
Formación de audiencias y descentralización
Por distintas razones, los reconocimientos que el cine chileno ha cosechado a nivel internacional no han ido de la mano del apoyo del público, relevando la necesidad de formar audiencias. Josefina Undurraga abordó este tema y sostuvo que se debe trabajar desde la educación escolar, para generar el efecto a largo plazo, pero que en lo inmediato, una clave está en darle visibilidad a las películas nacionales, especialmente a través del marketing.
Respecto de las posibilidades de trabajo con la actual administración de Gobierno, celebró que la cultura no sea «el último pelo de la cola, como ha sido generalmente». La expectativa, afirmó, «es que los fondos de cultura se acerquen más hacia la formación de audiencias».
También cumplen un rol fundamental en este proceso las salas independientes agrupadas en la Red de Salas y que se han convertido en «la casa del cine chileno», respondiendo además al desafío de acercar estas películas a las audiencias regionales.
«1976» y «Blanquita», en busca de premios internacionales
La Academia de Cine de Chile es la encargada de elegir y ejecutar las campañas de las películas que representan al país en los premios Oscar, Goya y Ariel. Los filmes nacionales que buscan un lugar en estas premiaciones durante la actual temporada son 1976 (Directora: Manuela Martelli), que irá por el Goya; y Blanquita (Director: Fernando Guzzoni), que aspira a disputar la estatuilla hollywoodense.
Acerca del trabajo con ambas películas, Josefina Undurraga indicó que «estamos en plena campaña», señalando que el estreno en España y en EE.UU. es fundamental para «darles visibilidad y que se genere prensa y el ‘boca a boca'».
Con 1976, que ya se exhibe en el país europeo, la expectativa es que el cine chileno compita por el Goya a Mejor Película Iberoamericana por tercer año consecutivo, tras El agente topo, de Maite Alberdi; y La cordillera de los sueños, de Patricio Guzmán, que obtuvo el galardón en febrero pasado.
Blanquita, en tanto, se estrenará durante las próximas semanas en Nueva York y Los Ángeles. Si bien la campaña para los Oscars es aún más compleja, con el apoyo del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio y de ProChile se busca calificar en la preselección o shortlist de la categoría Mejor Película Internacional.
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