Una visita inspectiva realizó el alcalde de Chiguayante, Antonio Rivas, al sector Santa Elisa, donde hace unos días se produjo un violento alud que puso en vilo la seguridad de un centenar de vecinos que viven en zonas aledañas al cerro Manquimávida.
El jefe comunal agradeció los trabajos posteriores que el Ministerio de Obras Públicas realizó en el lugar para limpiar y normalizar las piscinas decantadoras que fueron llenadas de sedimentos y piedras, pero consideró que no fueron suficientes.
Es por ello que insistió en solicitar al gobierno la realización de trabajos que permitan contener el cerro, y así asegurar el bienestar de los residentes del sector.
El domingo 26 de abril las intensas lluvias no dieron tregua a las frágiles laderas del cerro Manquimávida, provocando deslizamientos de agua y lodo, que afectó el acceso a más de 50 viviendas en el sector de Santa Elisa, aunque sin provocar anegamientos. El alud afectó una superficie de seis cuadras, entre ellas la Avenida O´Higgins, tramo Santa Sofía y Prat. Lo anterior, obligó al gobierno a decretar alerta amarilla para Chiguayante.
Rivas lamentó que se levantara la alerta amarilla en la comuna, ya que habría posibilitado contar con más recursos para concretar estas faenas e intervenir el cerro antes de la inminente llegada de nuevas lluvias, sin tanta burocracia.
El origen de la emergencia se debió al rebalse de las piscinas decantadoras por la gran cantidad de sedimentos que se deslizó desde el cerro Manquimávida. No obstante, una preventiva acción de limpieza, impidió que las lluvias arremetieran con fuerza contra viviendas.
Esta emergencia no deja de traer a la memoria la trágica experiencia que vivió la comuna en 2006, cuando diez vecinos, entre ellos tres bomberos, perdieron la vida durante un alud de tierra y barro en el sector Valle La Piedra, mientras intentaban rescatar a una familia en la ladera del cerro.