Por equipo de Libros al Aire.
Desde 1995 la UNESCO determinó el 23 de abril como el Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor, esto para conmemorar la muerte de tres grandes escritores: Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega, todos fallecidos un día como hoy, pero de 1616.
Actualmente, cuatro siglos más tarde, sus historias se convirtieron en clásicos de la literatura universal. Las aventuras de Don Quijote suscitaron toda una rama de estudio dando paso al cervantismo. Shakespeare por su parte nos legó esas obras dramáticas donde la traición, el amor y la guerra son tópicos recurrentes. Inca Garcilaso de la Vega se convirtió en el primer intelectual mestizo de su época y en su prosa encontramos abordadas problemáticas tan contingentes como la migración.
Sus muertes abren paso a la reflexión en torno a lo que ellos hicieron de manera magistral: escribir. Sus libros viajan alrededor del mundo y sus lecturas son obligatorias en establecimientos educacionales, pero este mes no es solo para recordar sus obras, sino que para celebrar las que hubo y las que vendrán.
Abril se convierte en un mes preciado para los amantes de la literatura y también ofrece la oportunidad de encantar a aquellos que aún no encuentran el libro indicado. Y es que todo te lleva a ellos: las vitrinas de las librerías con ofertas, los perfiles de redes sociales ofreciendo concursos y los autores dando entrevistas en vivo.
¿Se imaginan a Cervantes en un mundo con Instagram y Twitter? Lo primero que habríamos de preguntarle, asumiendo que accedería a una entrevista, y a propósito de ese Quijote apócrifo, es qué opina del escándalo de piratería de libros en Chile, donde en medio de la pandemia, y cuando más necesaria fue la colaboración entre pares, un grupo de personas sin más criterio que el beneficio personal instaló una fábrica de libros pirata. Hasta hoy se desconoce el volumen total de ejemplares que habrían alcanzado a distribuir en el país en distintas librerías.
Y cómo no preguntarle a tan novedoso escritor sobre los derechos de autor y la polémica inventada por la ministra al pretender instalar una brecha entre los derechos de propiedad intelectual y el acceso a la cultura por parte de la comunidad. No sabemos, por supuesto, qué habría respondido Cervantes a estas situaciones, aunque intuímos que habría apoyado al gremio creativo y condenado con ingenio a esos maleantes de libros.
Este día es una fiesta a los libros en general, a esos recipientes de grandes historias que están aguardando en una estante, o en un cajón, a ser tomados y abiertos para sumergirnos en aventuras, romances, mundos mágicos, lugares terroríficos, otras épocas, ilustraciones hipnotizantes, en fin las posibilidades son infinitas, tan infinitas como autores conocemos, a quienes, cómo no, también saludamos.
Esta celebración no se trata solo de adquirir un libro, sino que también de generar conversación en torno a este. Fomentar la lectura es enriquecer la cultura de un país, mejorar el lenguaje y capacidad de concentración y por sobre todo estimular la imaginación. No hay nada más hermoso que abrir la mente y dar paso a nuevos mundos y eso es lo que una buena lectura siempre puede ofrecer.