Este domingo la ciencia nacional volvió a vivir un día histórico, ya que el académico de la Universidad de Concepción y director alterno del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO), Dr. Rubén Escribano, se adentró en las profundidades de la Fosa de Atacama junto al explorador estadounidense Victor Vescovo, alcanzado los 7.330 metros de profundidad. El Dr. Escribano se convirtió así en el tercer humano y segundo chileno en descender a la que se conoce también como Fosa Perú-Chile.
La expedición Atacama Hadal comenzó el pasado 20 de enero, cuando el Dr. Osvaldo Ulloa logró descender por primera vez a más de 8.000 metros en la citada fosa.
De este modo, ambos científicos se convierten en los primeros chilenos en bajar a una fosa oceánica, y junto a Victor Vescovo, en ser los únicos seres humanos que han podido ser testigos presenciales de las maravillas que esconde el maritorio chileno ultra-profundo.
La posibilidad de explorar este hábitat desconocido ha sido posible gracias al sumergible “Limiting Factor”, propiedad de la empresa Caladan Oceanic, liderada por el explorador Vescovo, quien está moviendo las fronteras del conocimiento oceánico, y se está sumergiendo en las más grandes fosas marinas presentes en nuestro planeta —en la mayoría de los casos por primera vez.
Las primeras impresiones de lo que existe a kilómetros de profundidad sobre el lecho marino comienzan a llegar: “Extraordinaria la vida marina que se observa: muchas holoturias, paredes rocosas que muestran quimiosíntesis y los zarcillos bacterianos más grandes que he visto”, escribió Vescovo en su primer tweet sobre la expedición Atacama Hadal.
Por su parte, el Dr. Escribano describió las profundidades como “un mundo mágico, donde uno se maravilla no sólo de los organismos que allí habitan, sino que también de las estructuras que construyen”.
Atacama Hadal es un acontecimiento sin precedentes en la historia de nuestro país, y un nuevo capítulo en la historia de la exploración.