Luego de más de dos meses de travesía por el mar de Chile, la goleta Tara llegó al puerto de Valparaíso, su penúltima parada en territorio nacional. Allí, la tripulación del velero, más autoridades científicas que colaboran con la misión, participaron de un Taller “Cooperación Francia-Chile en el océano y cambio climático: Camino a la COP 26”, que reveló los últimos avances que ayudan a comprender el impacto del cambio climático en los océanos.
La misión, realizada gracias a una colaboración entre la Fundación Tara Océan y CEODOS Chile, genera un muestreo integral del material genético de los microorganismos que habitan el mar chileno, desde la Antártica hasta Iquique. En febrero pasado arribaron a la bahía de Puerto Montt, y luego pasaron por Talcahuano. Esta vez, la goleta Tara llegó a las costas de Valparaíso para mostrar parte de su expedición.
El encuentro de este miércoles congregó a autoridades políticas y científicas, destacando la participación de la ministra del Medioambiente, Carolina Schmidt; el ministro de Ciencia, Andrés Couve; el director de Políticas Internacionales de la Fundación Tara Ocean, André Abreu; el director del Centro de Modelamiento Matemático de la UChile y co-coordinador de la misión CEODOS, Alejandro Maass; y el director de Medio Ambiente y Asuntos Marítimos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Waldemar Coutts, entre otros.
Durante la sesión los participantes discutieron cómo las acciones que realiza el velero Tara pueden convertirse en acuerdos que contribuyan a la mitigación del cambio climático. Todo esto, en miras de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas para el cambio climático (COP 26), que se hará a principios de noviembre en Escocia.
Antes de la adopción del Acuerdo de París, la Fundación Tara y otros socios unieron sus esfuerzos en 2015 para promover la firma de la declaración “Because the Ocean” durante la COP21, iniciativa que hoy cuenta con más de 30 países En 2019, durante la COP25 realizada por Chile, la ministra del Medio Ambiente decidió calificar esta conferencia como la primera “COP Azul”.
En adición, la ministra Schmidt sostuvo que “la protección de los océanos es fundamental porque capturan el 30% de las emisiones antropogénicas, además de absorber el 90% del calor adicional generado por el calentamiento global. Es por eso que Chile ha sido líder en impulsar que el océano sea una parte integral de la respuesta al cambio climático y garantizar la integridad de los ecosistemas marinos y costeros”.
Por su parte, Waldemar Coutts destacó que “debemos aprovechar el respaldo que nos entrega el inicio, en este año, de la Década de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas”. Durante la COP 25, se realizaron significativos avances para destacar la importancia del océano como parte integral del sistema climático del planeta, y de asegurar la integridad de los ecosistemas oceánicos y costeros a través de la puesta en marcha de un diálogo sobre océano y cambio climático.
“El diálogo fue el primer paso para avanzar en el conocimiento sobre cómo proteger el océano, para que pueda cumplir su función de regulador climático y sumidero de carbono”, añade Coutts. Además, explicó que esperan levantar una nueva declaración «Because-the-Ocean» antes de la COP 26. “Es tiempo de dejar de percibir al océano como víctima del cambio climático, para impulsarlo como la llave para su solución”, declaró.
Asimismo, André Abreu señaló la necesidad de avanzar en una transmisión más eficiente de la ciencia a los expertos y delegaciones nacionales, que trabajan al mismo tiempo en el marco de otras organizaciones de la ONU, como el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR), para consolidar los avances que logrados hasta ahora.
La cooperación franco-chilena en materia oceánica ha seguido y se ha profundizado en un acuerdo ministerial que crea una cooperación bilateral en áreas marinas protegidas entre el Ministerio de Medio Ambiente de Chile y la Agencia Francesa de Biodiversidad -ahora “Oficina francesa por la Biodiversidad”-.
Roland Dubertrand, embajador de Francia en Chile, expresó que ambos países ”trabajan de la mano para afirmar la relación entre océano y cambio climático, estrecha y necesaria para la protección de la biodiversidad planetaria”.
La expedición
El velero Tara zarpó desde el puerto de Lorient, en Francia, a finales del año pasado y su primera parada fue Punta Arenas. Desde allí, su laboratorio a bordo ha estado recogiendo distintas muestras para entender las características fisicoquímicas de los microorganismos que habitan el océano. De esta forma, las y los investigadores podrán comprender el rol que ha cumplido el mar para contrarrestar el cambio climático. Esto, ya que a través de los pequeños organismos marinos es posible absorber el dióxido de carbono y convertirlo en oxígeno para el ecosistema, entre otras funciones.
Pero, ¿Por qué partir por Chile en esta expedición? De acuerdo con André Abreu, la costa chilena continental “presenta un gradiente único y extraordinariamente completo de los ecosistemas planctónicos, en diversas temperaturas y biomas”. Esto, según el miembro de Fundación Tara, “posibilita un estudio muy completo sobre este microbioma oceánico, que es uno de los aspectos más importantes en el estudio del cambio climático en el mar”.
Otro de los motivos por los que se decidió investigar el microbioma del mar apunta a la fuerza colaborativa entre distintos centros de investigación que participan de manera interdisciplinaria. “Chile tiene la potencia científica instalada para integrar con esta propuesta de Tara que es compleja: con genómica, metagenómica, big data analysis, modelización matemática, Inteligencia Artificial, entre otros”, afirmó Abreu.
Para el ministro de Ciencia, Andrés Couve, «la importancia que tiene la expedición Tara es que combina una preocupación global, como el cambio climático, con nuevas capacidades que tenemos como seres humanos, como son la utilización de datos para el análisis de variables físico, químicas y biológicas en los océanos».
“Este tipo de expediciones, que son muy masivas en datos, pretenden brindar desde la ciencia toda la información y herramientas posible para la toma de decisiones respecto de lo que ocurre con el cambio climático en los servicios que aporta el océano”, explicó Alejandro Maass, director del Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile y co-coordinador de la expedición de Tara en Chile (CEODOS).
Asimismo, la académica del Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción y co-coordinadora de la misión en Chile, Camila Fernández, añade que “debemos aumentar nuestra capacidad de observar el océano, mejorar nuestra tecnología y abrir nuevos campos multidisciplinarios para predecir y mitigar desde la evidencia”. La importancia de estudiar el mar para entender el cambio climático apareció hace pocos años, y fue potenciado en la COP 25 pasada, organizada por Chile.
En septiembre de 2019, el “Informe especial sobre los Océanos y la Criosfera” (SROC), elaborado por el “Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático” (IPCC), estableció una correlación entre el cambio climático y la capacidad del océano para continuar almacenando carbono, producir oxígeno y apoyar la biodiversidad.
La Misión Microbioma, organizada por la Fundación Tara, y su programa chileno asociado CEODOS, buscan instalar la discusión sobre la trilogía océano-biodiversidad-clima y dar una perspectiva desde una expedición transdisciplinaria a la discusión político científica necesaria para abordar decisiones internacionales. “Tara busca entender esta relación entre el microbioma del océano y que en la toma de decisiones políticas tengamos bases científicas para actuar”, enfatiza Alejandro Maass.
La seremi de Ciencia para la Macrozona Centro, María José Escobar, valoró esta expedición y el aporte de datos científicos que puede llegar a aportar para la toma de decisiones. “La llegada de Tara al puerto de Valparaíso es un llamado de alerta para no olvidarnos de la importancia del estudio de los océanos, y de cómo su biodiversidad macrobiótica ha sido afectada por el cambio climático”, declaró.
En este estudio interdisciplinario colaboran nueve centros de investigación de excelencia de nuestro país: el Centro de Modelamiento Matemático de la U de Chile (CMM); Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2); Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL); Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP); Centro de Investigación Oceanográfica (COPAS Sur-Austral); Centro de Regulación del Genoma (CRG); Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (INCAR); el Laboratorio Internacional Asociado “Estrategias Adaptativas Multiescala” (LIA MAST); y el Instituto Francés de Investigación en Ciencias y Tecnologías Digitales (INRIA-Chile).
Tanto Maass como Fernández esperan que esta expedición se vuelva una constante, con el fin de realizar estudios longitudinales de la acción del océano frente al cambio climático, y ser referentes en esta materia que despierta el interés mundial. “Debemos formar a la nueva generación de oceanógrafos especialistas en operaciones en el mar, manejo de datos e innovación. Hemos construido las bases de nuestro conocimiento científico en Chile, ahora debemos aplicarlo para adaptarnos”, concluyó Fernández.
Se espera que la expedición Tara siga su recorrido investigando el microbioma marino por las costas de Chile. Luego de Valparaíso, la goleta pasará por Iquique para después seguir su tramo hacia el Canal de Panamá. Durante los próximos dos años, Tara recorrerá las costas del Atlántico Sur, la Antártida, así como gran parte de la costa oeste de África, para finalmente retornar a Francia, su punto de partida, y entregar sus resultados que podrían dar nuevas pistas para frenar el cambio climático.
Fuente: Comunicaciones Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola, INCAR.