El plebiscito del domingo 25 de octubre de 2020 no sólo fue un hito en términos de democracia, sino que también dejó cifras históricas de participación. De acuerdo al balance entregado por el Servicio Electoral (Servel), votaron más de siete millones 562 mil personas, lo que representa un 50,9% del padrón total de 14 millones 855 mil electores, y se traduce en los comicios con mayor concurrencia desde la instauración del voto voluntario.
En el tercer capítulo del ciclo Foro Constituyente UdeC, la discusión se centró en participación y las elecciones programadas para este 10 y 11 de abril, oportunidad en la que la ciudadanía -además de definir alcaldes, concejales y gobernadores regionales- deberá elegir a los 155 representantes que integrarán la Convención, marcando otro hecho relevante en el camino de lo que puede ser una nueva Constitución para Chile.
Sobre los desafíos que conlleva esta elección, considerando que en las últimas votaciones no se ha superado la barrera de los 7 millones de participantes, la Dra. Violeta Montero, académica y Directora del Magíster en Política y Gobierno, planteó que deben conjugarse diversos factores para fortalecer el proceso.
En lo relativo a cómo entender la participación ciudadana, la Dra. Elizabeth Parra, académica y Presidenta de la Asociación Chilena de Semiótica, precisó que el concepto no debe reducirse exclusivamente al voto, sino que tiene que abordarse en un sentido más complejo, añadiendo que «el tener capacidad de tomar decisiones va también en el sentido de que se den corresponsabilidades».
Con respecto a los alcances de la Ley N° 20.568 que regula la inscripción automática y el voto voluntario, y rige desde el 31 de enero de 2012, Montero enfatizó que «supone la existencia de ciudadanos comprometidos con este proyecto colectivo que es la sociedad, y supone una ciudadanía comprometida con el quehacer político», sumando que la discusión sobre voto obligatorio o voluntario, si bien es relevante, ya no debería regresar atrás.
Teniendo en cuenta la compleja situación sanitaria que se vive a nivel país producto de la pandemia de Covid 19, las académicas coincidieron en que la sensación de peligro ante eventuales contagios puede desincentivar la participación electoral en abril, pero que eso debe contrarrestarse con medidas de prevención y autocuidado.
En línea con lo anterior, la Dra. Parra expuso que puede proyectarse una importante asistencia de jóvenes, debido a que se sienten involucrados con las transformaciones que se requieren para dar cumplimiento a las demandas ciudadanas.
Teniendo en cuenta que más de un millón de chilenos y chilenas que se encuentran en el exterior no podrán votar en la elección de integrantes de la Convención Constitucional, debido a que no se logró el quórum para la reforma constitucional que buscaba permitirlo, la Dra. Montero apuntó que para el resto del proceso «debiesen darse procesos amplios de deliberación pública abierta».
Es preciso mencionar que el Servel ha generado mecanismos para asegurar la participación a través de voto asistido y con plantillas ranuradas y en Braille para personas con discapacidad visual. De esta manera se facilitan las condiciones para que quienes presenten alguna discapacidad de origen visual, motor, físico, auditivo, psíquico, o intelectual puedan ejercer su derecho a voto.
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