A pesar de los obstáculos que puso el Covid-19 para realizar clases regulares en entorno penitenciario, 45 internos de la Región del Biobío rindieron la Prueba de Transición, barajando la opción de acceder a la educación superior.
Para este año, el Centro de Cumplimiento Penitenciario Biobío y el Centro de Detención Preventiva de Lebu fueron habilitados como locales por el DEMRE (Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional) para rendir la prueba, bajo estrictas normas de aforo dispuestas por la administración penitenciaria.
El Director Regional de Gendarmería, coronel Diter Villarroel, se refirió a la importancia de concretar un proceso gestado desde las escuelas penales que recoge la voluntariedad de aprender que tiene cada interno. “La educación es un eje central de la reinserción y creemos que es un paso importante para definir el futuro. Muchos albergan la esperanza de darle un giro a su vida y ciertamente en la educación está la llave, por cierto con una cuota de sacrificio que marca la diferencia en los resultados”, afirmó la autoridad penitenciaria.
Prueba del trabajo innovador desarrollado en las unidades penales es el programa “Biblioteca Viajera” implementado en el CCP Biobío, que permitió llevar textos de estudio y guías de ensayo a los módulos durante todo el año, para reforzar la comprensión lectora y el manejo de contenidos.
El Seremi de Justicia y Derechos Humanos, Sergio Vallejos, reconoció el esfuerzo de la institución penitenciaria por conservar la funcionalidad de sus programas de intervención a pesar de la pandemia. “Es resultado de un trabajo integral, que compromete el esfuerzo de profesionales y por cierto del personal uniformado en el intento por garantizar un derecho fundamental; como Ministerio de Justicia y Derechos Humanos tenemos un compromiso con los privados de libertad a quienes debemos brindarles las herramientas necesarias para integrarlos a la sociedad”, concluyó.