A 14 años del terremoto 8.8 que sacudió gran parte de zona centro sur del país, son diferentes los avances que se registran en torno al desarrollo de una red sismológica en territorio nacional.
En conversación con Nuestra Pauta, el geólogo y profesor titular del Departamento de Ciencias de la Tierra UdeC, Andrés Tassara Oddo, explicó que, de hecho, Chile está dotado de una de las mejores redes sismológicas para la observación de terremotos en el mundo.
En cuanto a la importancia de estas mediciones, considerando que registran los movimientos telúricos una vez que suceden y no antes, el investigador destacó que “una vez que ocurre un terremoto, la alerta de tsunamis es mucho más precisa que hace 14 años”, producto de los modelos que es posible obtener con todos los datos recogidos.
Tassara, magíster en Geología y doctor en Geofísica, también destacó el cambio que implicó pasar de la Onemi al actual Senapred, el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres, considerando que anteriormente el Estado reaccionaba ante las emergencias y ahora se trabaja mucho más en la prevención, sobre todo frente al riesgo de un tsunami.
En cuanto a la eventual predicción de terremotos, el geólogo señaló que aún es muy difícil aventurar cuándo y dónde se producirá un movimiento telúrico importante, pese a los avances que se han generado tanto en Chile como en otros países.
Incluso, Tassara sostuvo que el hecho de que se registren varios temblores en una misma zona no siempre libera energía, en términos de disminuir las posibilidades de que ocurra un gran terremoto, y ejemplificó con el terremoto de Iquique en 2014, de magnitud 8,1, donde se registró una secuencia predecesora al sismo en torno al epicentro geográfico del mismo.
Lo mismo habría ocurrido en 2010, aunque no se contaba con la misma calidad de mediciones en nuestra zona, precisamente porque gran parte de la comunidad científica estaba esperando un gran terremoto en el norte antes que en el sur del país.
Cabe señalar que el académico lidera el proyecto ‘Crustal Rheology, Seismicity and Deformation of the Andean Margin’, que fue aceptado para su adjudicación en la línea Regular 2024 del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, Fondecyt.
Según explicó, esta iniciativa busca “ocupar a tres grandes terremotos de Chile en el siglo XXI -Maule en 2010, Iquique en 2014 e Illapel en 2015- como gigantescos experimentos naturales, para ver cómo se deforman las rocas a gran escala y cómo se disipan los esfuerzos en el sistema, en la corteza y en el manto de las placas, en escalas de tiempo de años a décadas, dependiendo de la magnitud del terremoto y de aspectos como las condiciones de temperatura, presión, cantidad de fluido y la composición de las rocas que son deformadas”.
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