Entre los múltiples análisis a propósito del tercer aniversario del estallido social de octubre de 2019, surge la pregunta respecto de cómo estos sucesos modificaron la política chilena, sus actores y la forma de ejercer esta acción.
En entrevista con Nuestra Pauta, Lucas Serrano, director de Asuntos Públicos del Observatorio de Políticas Regionales, Observa Biobío, sostuvo que el estallido social es el «hito que termina de facto con el periodo postdictadura y de regreso a la democracia (…) desde el 18 de octubre a la fecha, nuestra política ha estado en un periplo muy interesante».
El último ciclo electoral, desde el plebiscito de entrada en adelante, «ha cambiado la fibra misma de nuestra política y ha dado características al votante chileno que antes no tenía».
La conmemoración de los tres años del estallido no sólo coincide con el término de las restricciones sanitarias producto de la pandemia, lo que aumenta la incertidumbre respecto de la masividad de las convocatorias para esta jornada; sino que además es la primera del gobierno del Presidente Gabriel Boric, representante de un sector político identificado desde su origen con las movilizaciones sociales.
Ante este contexto, planteó Serrano, «vamos a ver cómo se ha ido articulando y cómo las personas van recepcionando esta fecha: si ocurren enfrentamientos, violencia o si es un día de marchas tranquilas».
Asimismo, también se refirió a las complejidades de pasar desde la vereda crítica de la oposición a ser gobierno.
El analista planteó que durante esta jornada «el tono será muy importante, entendiendo que probablemente sin un estallido social, quizás la historia sería otra para esta coalición política, para Apruebo Dignidad y para Gabriel Boric». En esta línea, afirmó que un desafío es ver «cómo el gobierno trata de convertir esta necesidad en orientación política, en acciones concretas».
Todo esto, recalcó, en un contexto marcado por los cambios políticos que se originaron no sólo por el estallido social, también por el término del sistema electoral binominal, que permitió el ingreso de otras fuerzas políticas, movimientos especialmente relevantes cuando se discute la continuidad del proceso constituyente.
Finalmente, Serrano recordó que «la política es una representación y además es un espejo de nuestra ciudadanía y nuestra sociedad. Lo difícil que se está haciendo ponernos de acuerdo es porque como sociedad parece ser que también nos es difícil y eso queda evidenciado en nuestros procesos políticos en la actualidad».
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